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El ser humano desde siempre ha crecido con el patrón de un ejemplo a seguir, siempre tiene un ídolo que con sus logros y éxitos lo motiva a seguir sus pasos. A principio para cualquier emprendedor esto no es malo, muy al contrario, es bueno pero hasta cierto punto
El ser humano desde siempre ha crecido con el patrón de un ejemplo a seguir, siempre tiene un ídolo que con sus logros y éxitos lo motiva a seguir sus pasos. A principio para cualquier emprendedor esto no es malo, muy al contrario, es bueno pero hasta cierto punto. ¿Pero porque? Cada vez que una persona decide lanzarse a la aventura del tan arriesgado emprendimiento es un proyecto nuevo que casi siempre viene a innovar y no a entrar en el mundo de la oferta y demanda compitiendo por precio y no por valor de calidad.
En nuestro post del día de hoy resaltaremos la importancia de la automotivación, la autovaloración y ser nuestro propio ejemplo. Citaremos una famosa frase de Steve Jobs "Si tú no trabajas por tus sueños, alguien te contratara para que trabajes por los suyos". Esta famosa frase nos deja como conclusión que el emprendimiento se trata y va más allá de ser uno más, se trata de marcar la diferencia cuando se toma la gran y difícil decisión de emprender para luego ser nuestro propio jefe. Quien emprende debe proyectarse en varias etapas; la inicial; que es cuando decide arriesgarse y se lanza al mundo tan complejo del emprendimiento; la intermedia; que es sin dudas algún ala más difícil y es aquí donde muchos deciden no seguir, y el gran desarrollo; que es la mejor etapa, ya que es precisamente donde se ven reflejados los esfuerzos de la etapa inicial y la intermedia.
El negocio puede ser pequeño, pero la visión debe ser muy grande. Este debe ser el principal pensamiento de quien emprende, sabiendo que aunque con lo que cuente sea poco en el momento de iniciar, su vista debe estar fijada en crecer y crecer, en este aspecto debe existir algo que llamamos ambición de crecimiento, que le permite al emprendedor no perder su enfoque. Aquí entra en juego la perseverancia y la persistencia, la perseverancia; que en ocasiones tiende a mostrarse en un proceso lento pero que al final muestra un progreso muy favorable y positivo, y la persistencia; que va de la mano con la fuerza de voluntad pero que también muestra la tenacidad de querer alcanzar o que se quiere.
Nadie nunca puede pretender y llegar a tener éxito en un abrir y cerrar de ojos, y aunque muchos duden de la capacidad de quien emprende, debe existir esa fuerza motivacional y esa energía positiva que proyecta que el logro será alcanzado, no será uno, ni dos, ni tres, serán muchos los intentos que serán fallidos al principio, pero luego serán triunfos tras triunfos. Y no hay nada mejor en este caso que ser nuestro propio ejemplo, tanto de fracaso como de buen resultado, porque el fracaso nos enseña lo que en la próxima ocasión no se debe hacer, hay una reflexión que dice así "si no hubiera fracasado tanto nunca habría sabido lo que es el éxito", y efectivamente así es, el éxito siempre se lograra con un gran fracaso que lo anticipa, y es allí donde quien emprende entiende que no hay nada mejor que ser su propio ejemplo.