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De nada vale un cadáver libre, es la frase de Yolanda Pinto de Gaviria, su esposo fue secuestrado en 2002 y fusilado por las FARC en 2003. Infamia es una carta testimonio del 15 de enero del 2008 del coronel Luis Mendieta desde el cautiverio
De nada vale un cadáver libre…
(enero-2008)
Gilberto Echeverri y Guillermo Gaviria. Foto: El Colombiano
Por: Edelmiro Franco V
Yolanda Pinto de Gaviria, es una mujer que vivió el drama del secuestro en su máxima expresión. Su esposo fue fusilado por las FARC en cautiverio, “la vida es la que vale… de nada vale un cadáver libre como me lo entregaron a mí”.
“Mientras haya vida hay esperanza”, dijo la esposa del entonces gobernador del departamento de Antioquia, Guillermo Gaviria, secuestrado junto con su asesor de paz, el ex ministro de Defensa Gilberto Echeverri, el 21 de abril de 2002, en las escarpadas montañas de noroccidente, cuando presidía una marcha por la no violencia.
Un año después Gaviria, junto a su asesor de paz y ocho militares más en poder de las FARC desde 1997, fueron fusilados cuando los rebeldes advirtieron un operativo militar de rescate de los rehenes.
Las guerrillas de las FARC, que tiene en la actualidad en su poder a un grupo importante de rehenes, tienen la orden de sus jefes de ajusticiar de inmediato a los rehenes en caso de que se presente un intento de rescate por parte de las tropas oficiales.
“Todo este drama que hemos vivido los colombianos en las últimas décadas, con el tema del secuestro es una verdadera injusticia… Con los secuestros nadie gana son acciones inútiles”, afirmó Pinto, quien es congresista por el opositor partido Liberal.
Las FARC “pudieron hacer la lucha de otra manera. Pero como ya están en la selva los secuestrados, tenemos que hacer todo el esfuerzo del mundo para proteger la vida de todos ellos”.
Por diversos medios se conocieron testimonios desgarradores de los secuestrados en cartas que enviaron desde la selva con la recién liberada Consuelo González de Perdomo.
Según los relatos de los propios secuestrados, están enfermos, encadenados las 24 horas, especialmente los oficiales y suboficiales de la fuerza pública…” se están pudriendo en la selva”, como dicen sus familiares.
“La defensa de la vida en mi concepto –dijo- merece todos los esfuerzos y sacrificios y no hay nada sobre la vida, no hay orgullo, no hay honores a la patria, no hay padres, no hay gobiernos, no hay dignidad que estén por encima de la vida”.
Para esta mujer -que sigue vinculada con los familiares de los secuestrados- “la vida es primero que la libertad y todos absolutamente todos, incluido el gobierno tenemos que hacer todo lo necesario para que los secuestrados regresen con vida”.
Lamentó que, ante este drama nacional, los colombianos sean insensibles, porque son pocos los que han vivido “este dolor tan profundo como es el secuestro, pero el dolor es más profundo cuando nos matan a nuestros seres queridos”.
“Nosotros sí sabemos cómo duele el alma”, subrayó la congresista Pinto de Gaviria, mientras se limpia con sus manos las lágrimas de sus ojos.
Los familiares de los rehenes y los propios secuestrados saben lo que es el nacimiento de un hijo con su padre en cautiverio, la muerte “de la mamá, el papá mientras su hijo está en la selva secuestrado y encadenado o que a tu hijo o tu esposo lo matan mientras esta secuestrado”.
La indiferencia está en todas partes, en la calle, pero lo más grave en los espacios de los poderes políticos, como es el Congreso de Colombia, donde de acuerdo con Pinto de Gaviria, la insensibilidad también campea.
INFAMIA
(Este testimonio fue revelado el 15 de enero del 2008 por la esposa del coronel Luis Mendieta, María Teresa y su hija Jenny, a través de la cadena privada Caracol)
Coronel Mendieta rescatado por Ejèrcito colombiano. Foto: El Colombiano.
“He tenido que hacer las necesidades en la olla donde recibo los alimentos (…) He tenido que arrastrarme en el barro para hacer mis necesidades fisiológicas, con la cadena y el candado atados al cuello (…)
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A los días se inició una larga travesía por la selva debido a los problemas de orden público; fuimos de nuevo encadenados, separados en grupos pequeños (…)
A medida que pasaban los días y el viaje inclemente a pie, algunos fuimos enfermando. Así ocurrió con Ingrid, Malagón, Guevara y yo. Nos transportaban en hamacas, las cuales estaban atadas a un palo que hacía las veces de camilla.
Pero les cuento (que) lo mío comenzó con dolores en las piernas, huesos y articulaciones. Por las caminatas, se me inflamaron los pies, al inicio de la enfermedad caminaba con un palo que hacía las veces de bastón.
Las marchas seguían y yo continuaba desmejorando, cojeaba, después me tocó caminar con la ayuda de dos horquetas que hacían las veces de muleta (…)
Que viajes tan penosos, por las dificultades de la selva, la lluvia y los bichos, hasta que una noche llegué a un sitio y ya al otro día no pude levantarme a caminar, pero como la marcha debía seguir, entonces nos transportaban en las condiciones que mencioné anteriormente (…)
No podía levantarme, cuando se inició el tratamiento, también me hicieron un masaje en las piernas con Yodara (desodorante en crema) y como un niño comencé de nuevo a tratar de hacer solo el tratamiento (primero) unos pasos con palos, mejores horquetas, que parecían muletas, así pude ir al baño personal, después con un palo estribo bastón, después hasta que pude volver a caminar lentamente.
A Dios gracias estábamos cerca de una quebrada allí pude hacer terapias en las piernas con el agua haciendo ejercicio como tratar de patalear cuando se nada, así me fui recuperando poco a poco (…)
Continuamos ese peregrinar hasta que llegamos a un sitio donde permanecimos varios días y pude iniciar mi recuperación, ¿Qué me pasó?, Pienso que algunos vasos sanguíneos de las piernas se afectaron, la sangre se irrigó por las piernas, estas tomaron un color oscuro, casi negro…temí lo peor, pero a Dios gracias me aplicaron una antitetánica, días después me aplicaron diez inyecciones de penicilina de cinco millones de unidades y poco a poco fui iniciando mi recuperación.
(…) Estando en esa limitación se presentó un incidente de malentendidos en el grupo, entonces por gestión de alguien me volvieron a colocar cadenas al cuello, atado a un palo cuando hasta ahora empezaba la convalecencia.
(…) A los días desafortunadamente me pico "el pito" (Leishmaniasis) y me salieron siete llagas en el cuerpo que dejaron algunas cicatrices. Me aplicaron 38 inyecciones de glucamtil en los días posteriores y logré sanarme de esa otra enfermedad parasitaria.
Diría que mi salud en este cautiverio duro 6 años, de ahí en adelante mis quebrantos en mi estado de salud han seguido (…)
Luego me dio paludismos en dos ocasiones y uno de ellos me dejo en cama durante veinte días y después de mucha droga me recupere… desde hace más de año y medio me ha dado un dolor en el pecho, al lado del corazón (…)
Pedí cardio-aspirina, consumí unas veinte, pero como el dolor seguía las dejé, hoy en día trato de controlar el dolor con crema Voltearen, pero especialmente haciendo respiraciones y caminando alrededor de nuestro sitio con Alan (Jara) a veces veinte, treinta, cuarenta, cincuenta minutos o una hora, según clima y otros factores, esto me ha servido y ahí lo llevo controlado. Sin embargo, por la caminata, los huesos, articulaciones de las piernas me duelen especialmente en las rodillas, entonces hay veces no camino, por lo tanto, el dolor en el pecho regresa.
(…) No es el dolor físico el que me detiene, ni las cadenas en mi cuello lo que me atormenta, sino la agonía mental, la maldad del malo y la indiferencia del bueno, como si no valiésemos, como si no existiésemos
(…) Que Dios los acompañe, la virgen los proteja y cuide” …Luis Mendieta. - diciembre 2007
Estos son fragmentos del testimonio más desgarrador, degradante e infame, que hayan llegado como “prueba de vida”, de las selvas donde se pudren decenas de secuestrados.
*El coronel Mendieta, fue el oficial de más alto rango en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, secuestrado el 31 de octubre de 1998, durante la toma de la población de Mitú (suroriente). Fue rescatado en junio del 2010
Estas historias periodísticas, son una ligera pincelada de esta tragedia nacional: El secuestro.
Secuestro: Barbarie en las FARC (1) http://co.globedia.com/secuestro-barbarie-farc
Secuestro: Barbarie en las Farc (2) http://co.globedia.com/secuestro-barbarie-farc_1
*Estas historias hacen parte de un compendio de entrevistas |reportajes| 1998-2018
El Silencio de las armas: https://whttps://www.youtube.com/watch?v=eH_HuWO_sy8&t=29sww.youtube.com/watch?v=eH_HuWO_sy8&t=29s
<< Nosotros sí sabemos cómo duele el alma>>:Yolanda Pinto
http://co.globedia.com/perfil/edelmiro-franco-v/