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La prueba de Corea del Norte de un motor de cohete muestra "progresos significativos" en sus programas balísticos, advirtió este lunes Corea del Sur.
Los medios oficiales norcoreanos anunciaron el domingo que el dirigente Kim Jong-un había supervisado la prueba de un motor de cohete, un ensayo que coincidía con la visita a Pekín del secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson.
Pyongyang intensificó en los últimos meses el desarrollo de sus programas balístico y nuclear, prohibidos por la comunidad internacional.
Por orden de Kim Jong-un, los norcoreanos dispararon a principios de marzo una salve de misiles balísticos, tres de los cuales acabaron cayendo en aguas cercanas al archipiélago nipón. Pyongyang aspira a fabricar un misil intercontinental balístico (ICBM) capaz de alcanzar el continente americano.
"El último ensayo ha permitido aparentemente [a Corea del Norte] hacer progresos significativos en lo que concierne a los motores", declaró a la prensa el portavoz del ministerio de Defensa surcoreano, Lee Jin-woo. "Pero hacen falta análisis más amplios de la fuerza propulsiva y de sus potenciales aplicaciones", agregó.
La última prueba de Corea del Norte de un motor de cohete se remonta a septiembre, cuando Kim Jong-un prometió que su país podría "disponer de satélites geoestacionarios en un plazo de dos años". Varias resoluciones internacionales prohíben a Pyongyang continuar con sus programas nucleares y balísticos.
Antes de visitar Pekín, Tillerson viajó a Tokio y Seúl, donde insistió en que EEUU no proseguirá con la política de "paciencia estratégica" respecto a Pyongyang, un enfoque que, según él, ha fracasado.
Además, subrayó que una operación militar por parte de Estados Unidos estaba "sobre la mesa", unas declaraciones que rompen con la política de China, uno de los pocos apoyos del régimen norcoreano.