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A finales de 2018 se publicó la noticia de que Laurent Pasquali, piloto francés de GT, había desaparecido sin dejar rastro y no fue hasta un año después cuando se encontró su cuerpo sin vida. Así se abrió una investigación que casi dos años más tarde ha empezado a dejar sus frutos.
Esta semana, la policía francesa llegó hasta el autor del asesinato, un sicario que formaba parte de una organización relacionada con la masonería que mataba a deudores, como ha informado 'Le Parisien'. El caso ha dejado una serie de detenidos entre los que se encuentra un exagente de la Dirección General de Seguridad Exterior (DCRI) y comandante del servicio de inteligencia fancés que ha admitido ser el asesino.
El individuo cuya identidad no ha sido desvelada confesó haber matado de un disparo a Pasquali, pero su impavidez va más allá. El asesino no dudó en descuartizar su el cadáver y repartirlo por distintas zonas del bosque de Cistrières, donde se encontró en 2019 su cabeza.
A Pasquali le reclamaban 200.000 euros que le debía a un patrocinador por un dinero prestado para poder participar en un campeonato. L'Equipe desveló en los últimos días que tanto amigos como excompañeros suyos le habían advertido de los peligros en los que se estaba metiendo.
"Le dije que debía dejar de meterse en líos. Pensé que (tras su desaparición) había rehecho su vida en un país pequeño y agradable", comentó Christophe Lapierre, excompañero en el equipo Sebastian Loeb Racing al rotativo francés. "Habría hecho cualquier cosa por competir. Guardaba sus actividades en secreto. Era difícil distinguir la verdad de lo falso. Evitaba preguntarle. Se veía que no quería decirme mucho más", añadió su exjefe en HighTechPro, Ebrahim Sammour.