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El síndrome de Martin Niëmoler: Podemos ante los casos Torra e Iglesias

19/05/2018 15:50 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Un doble rasero pornográfico entre linchamientos mediáticos propios y ajenos demuestra un “ellos” creciente para un “nosotros” menguante en el entorno de la cúpula de Podemos

Podemos es un partido que tiende a dar giros discursivos simplificando el mensaje. Su receta, “populismo de izquierda transformadora” está plagada de trazas de demagogia, mas que adecuadas para la guerra con PP, PSOE y Ciudadanos. En realidad lo único que defiende Podemos es precisamente esto, no ser tan malo como Ciudadanos, el PP y el PSOE. Y cualquier progresista del mundo estará de acuerdo, que por muchas discrepancias que puedan tenerse Podemos no es “tan malo” como el PP, el PSOE o Ciudadanos. Muchos otros progresistas contestan a esta premisa aceptada universalmente y no discutida con el “solo faltaría” que garantiza la supervivencia del espíritu crítico. La mas ancestral cualidad de cualquier noción de “clases populares”.

En 2012 Pablo Iglesias criticó en un tuit la adquisición de una vivienda por 600.000€ al contado y con un claro interés especulativo por parte de Luís de Guindos, esto le ha valido críticas por haber asumido una hipoteca totalmente legal, por aproximadamente el mismo precio para la compra de un chalet. Estas críticas parten de un argumento falaz que entiende que la gente de izquierdas no tiene derecho a adquirir propiedades o “tener cosas”, un argumento que en realidad valdría para cuestionar la legitimidad de cualquier persona que no pueda acceder a una vivienda de ese precio de ser de derechas y que encierra una trampa: según este argumento solo las personas “de derechas” tienen derecho a disfrutar de bienes y servicios. Por otra parte ha sido un recurso del discurso de “la estrategia populista” para criticar a otros oponentes políticos de otras izquierdas. Sin embargo el socialismo rechaza el valor “lujo”. Los socialistas no se oponen a la existencia de bienes y servicios sino a que estos puedan ser considerados “lujo”. Piensan que todas las personas deberían poder acceder a esos bienes y servicios y no existe incoherencia ideológica alguna entre el discurso de Podemos y el hecho de comprar un chalet por 600.000 euros.

Sin embargo el discurso pedagógico que forma parte inevitable de la estrategia populista no se limita a señalar a PP, PSOE y Ciudadanos, sino que diversifican con otros oponentes políticos para obtener mas voto. En 2012, cuando Iglesias criticó la vivienda comprada de Luís de Guindos posiblemente no imaginaba que el mismo compraría otra al mismo precio, si lo hubiese sabido posiblemente el tuit hubiese girado entorno a como consiguió la vivienda y no a su precio, pero los tuits no son editables. En realidad en el famoso tuit lo que Pablo Iglesias criticó fue la adquisición de una vivienda por 600.000 euros preguntándose si una persona que adquiere una vivienda por ese precio debería dirigir la política económica. No el modo de adquisición de la vivienda del entonces ministro de economía. El cual no pertenecía realmente a la clase política, siendo en realidad el primer caso de tecnócrata español conocido en la bancada popular como “el contratado”.

Huelga decir que ni este artículo ni quien escribe tiene por objeto criminalizar a nadie por tener cosas. De esto ya se ha encargado estos años los grupos de opinión de Internet de los cuatro principales partidos. Sin embargo si que me llama poderosamente la atención la manera que ha tenido de reaccionar el entorno de Pablo Iglesias e Irene Montero, esta reacción vale mucho mas la pena que analizar los pormenores de una mudanza que deberían permanecer en la esfera privada.

La semana comenzó con un nuevo president de la Generalitat en Cataluña, Quim Torra era designado sucesor. Como era de esperar el nacionalismo español comenzó una campaña de desprestigio con el objetivo de crear un estado de opinión adecuado para volver a intervenir la Generalitat, como finalmente propuso Albert Rivera y ratificó Pedro Sánchez. En el caso de Quim Torra consistió en hacer correr el rumor de que este se trataba de un candidato de extrema derecha catalanista. Esta campaña protagonizada por partidos como Ciudadanos (que ha pactado a nivel asociativo y electoral municipal, autonómico estatal y europeo con la extrema derecha en repetidas ocasiones), el Partido Popular de Xavier García Albiol (limpiando Badalona) o el PSC (quien se presentó a las últimas elecciones con parte de Unió, compañeros del ala mas derechista de coalición de Quim Torra cuando existió CiU).

La campaña de desprestigio de Quim Torra a la cual se apuntaron transversalmente los matinales y editoriales periodísticos de los principales medios de comunicación consistía en acusarle de haber dejado escritos racistas sobre los españoles. Primero acusándole de haber firmado en los años 80 unos artículos archivados en la UAB donde se afirma que los españoles tienen menor cociente intelectual, incluso diciendo que los catalanes son mas “puramente blancos”. En realidad estos escritos forman parte de una publicación firmada por “Nosaltres Sols!”, una publicación que no tiene absolutamente ningún vínculo ni relación con Quim Torra salvo uno bastante enrevesado, en “Nosaltres Sols!” participó Daniel Cardona entre 1931 y 1939. Hace años Torra participó en un acto en homenaje a Daniel Cardona. Al que realmente menciona en un artículo.

A esta atribución de falsedades supuestamente racistas se suman una serie de tuits donde el sujeto eran “los españoles...” y se añadían predicados de contenido político como “solo saben expoliar” o “nos ocupan de 1714”. Como ya ha explicado el propio Torra, el uso del sujeto “los españoles” buscaba identificar a la clase política española y sus bases de apoyo ideológico y en ningún caso las personas nacidas en España o castellanohablantes.

Además en la ecuación sobre el supremacismo catalanista de Torra le añadían otros artículos realmente escritos por el, como “l'orgull de ser català” del el cual le atribuyen como propia una cita del poeta Salvador Espriu lamentado el franquismo y el exilio, que dice que en cataluña hay “Gente que se ha olvidado de mirar al sur y vuelve a mirar al norte donde la gente es limpia, noble, culta. Y feliz”. También su artículo “Las Bestias” donde valora la iniciativa de UPyD de boicotear a una aerolinea suiza por emplear el catalán llamando “bestias” a las personas que persiguen y buscan prohibir una lengua cooficial tan histórica y académica como el castellano y protegida por la ley y la academia.

Por último a toda esta lista de despropósitos añade una serie de artículos criticables según el punto de vista donde realmente utiliza argumentos marcadamente catalanistas aunque impecables desde el punto de vista del análisis sociológico. En la “normalitat de parlar espanyol en catalunya” critica que la delegada del gobierno de Cataluña, máxima representante de las instituciones centrales no emplee el catalán, donde añade que no es natural hablar español en Cataluña. Ya que según entienden las ciencias sociales el uso predominante de un idioma en una sociedad es un hecho “social” y no “natural” es una afirmación científicamente correcta. A esto le añade una tesis catalanista: “sin lengua no hay país” Y otros artículos marcadamente catalanistas donde se lamenta del avance del castellano sobre el catalán y analiza los estertores finales del franquismo y menciona la inmigración de españoles forzada hacia Cataluña por las sucesivas crisis del régimen.

Como en el poema mas famoso de Niemöller el nuevo enemigo del estado fue Pablo Iglesias Turrión y su famoso chalet

En otro artículo critica al 15M de forma demagógica y facil comparándolos con Tejero como casi diariamente hacen los conservadores de todo signo político sean o no catalanistas y en otro, por último ataca duramente al PP y Ciudadanos, llamándoles “animalets”. El término “animalet”, en catalán es muy usado y no tiene connotaciones demasiado negativas, pero al ser traducido como “animalillo” en todas las publicaciones en castellano que se han hecho de este artículo se ha buscado de forma torticera una connotación “deshumanizante”.

La reacción del entorno de Pablo Iglesias a ambos hechos ha mostrado un doble rasero pornográfico que es necesario criticar. Hay que criticarlo incluso aunque se tenga predilección política por Podemos antes que por los conservadores catalanes principalmente porque la manera de afrontar este linchamiento mediático por parte de Podemos ha sido desastrosa y dice muy poco de la empatía que este grupo de profesores siente por la gente que dice representar.

Al principio de la semana, sin noticias del chalet, teníamos nuevo presidente en el Palau y comenzó la vorágine “antifascista” de medios de comunicación de derecha y extrema derecha que buscó dar una imagen del president de la Generalitat como un auténtico nazi desatado dispuesto a llevar a los castellanoparlantes a campos de concentración. La única idea de esta campaña mediática era crear un estado de opinión favorable a la intervención de la Generalitat que preparaban los partidos del “bloque del 155” que pasa por meter las zarpas en la televisión pública catalana entre otras excepcionalidades antidemocráticas.

Sin embargo, como era de esperar, los grupos mediáticos movieron sus teclas y rápidamente El País, el Mundo, La Sexta, Telecinco y otros medios de masas comenzaron a sumarse a esta campaña de desprestigio. Lo mas chocante fue que medios de comunicación considerados críticos y que habitualmente se identifican como antifascistas como eldiario.es, Público y La Marea o incluso plataformas serias como SOS Racismo, decidieron sumarse a este despropósito organizado y vergonzoso. También de forma electoralista y muy insistente Xavier Domenech, portavoz “dels comuns” en el Parlament, buscando justificar su voto en contra recurrió a echarle en cara los tuits y artículos con semblante serio exigiendo saber “que piensa de los Españoles” el president Torra.

Especialmente duro fue Juan Carlos Monedero, quien desde el plató del programa de Ana Rosa acusó reiteradamente a los independentistas de “haberse ido a la extrema derecha”. Rodeado de periodistas del poder, Monedero, incluso con un artículo de su blog bajo el brazo no tuvo ningún reparo a sumarse a esta campaña mediática claramente construida para favorecer al bloque del 155 y justificar una intervención ilegal y antidemocrática de la Generalitat, exclusivamente con un interés electoralista. Llegó a comparar a Quim Torra con Albert Rivera y calificarlo como alguien “de extrema derecha”. Esos mismos “periodistas del poder” que junto a Monedero linchaban al oprimido (o inferior en jerarquía institucional) para hacerle el caldo al opresor (o poder superior innegable y real), menos de 24 horas después, ya sin Monedero entre ellos habían cambiado de objetivo. Como en el poema mas famoso de Niemöller el nuevo enemigo del estado fue Pablo Iglesias Turrión y su famoso chalet.

Muy afligido Juan Carlos Monedero salió corriendo a justificar la compra de este piso, primero con unas cifras (que por otra parte no eran necesarias) que no se correspondían con la realidad, y ante la avalancha y subsiguiente turba mediática injusta colgó un videoblog donde explica los pasos a seguir para tener convalidado el carnet de “Revolucionario del siglo XXI”.

En el vídeo expresa: “los medios de comunicación te harán amar al opresor y odiar al oprimido. Ser revolucionario en el siglo XXI no tiene nada que ver con esos aprendices de intelectuales” (también llamados “bases” o “círculos” según la cercanía de primarias) “que siempre están enfadados, levantan mucho la voz y hablan solo para iniciados” (también llamados “la gente” según la cercanía de campañas electorales) “ser un revolucionario en el siglo XXI pasa por tener firmeza ante las matrices de opinión de la derecha, porque ser revolucionario es hacer posible lo imposible, esa puerta de escuchar los argumentos de la derecha no solo sirven para derrotarte sino también para ganarte para su causa y enfrentarte a los tuyos”. Ni corto ni perezoso al final del vídeo tras relatar todos los casos de corrupción del PP insiste en que el president es un “xenófobo enajenado”.

Este video es particularmente ofensivo y dantesco puesto que Juan Carlos Monedero, además de despreciar el espíritu crítico, como se ha dicho antes hecho primigenio del concepto revolucionario de “clases populares”, describe una serie de características necesarias para “ser un revolucionario del siglo XXI” de las que el profesor claramente carece.


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