El mariscal Abdel Fatah al Sisi, el hombre fuerte de Egipto y candidato favorito para las elecciones presidenciales, advirtió el martes a su pueblo de que tendrá que ser "paciente y trabajar duro" para salir de la grave crisis económica de tres años consecutivos tras la revuelta contra el que fuera presidente Hosni Mubarak.

El gobierno interino que Al Sisi instaló tras la destitución el 3 de julio del islamista Mohamed Mursi, primer presidente elegido democráticamente en el país, ha emprendido desde entonces una verdadera represión de los partidarios del antiguo presidente y contra su cofradía, los Hermanos Musulmanes, que ganaron todas las elecciones desde la caída de Hosni Mubarak, en 2011.

Desde entonces, han ocurrido numerosos atentados realizados por grupos islamistas. Al mismo tiempo, el país se encuentra al borde de la bancarrota, contra la que tendrá que luchar Al Sisi si es elegido presidente en las próximas elecciones del 26 y 27 de mayo.

Los turistas han evitado el país de los faraones en los últimos tres años, y también dejó de ser atractivo para numerosos inversores internacionales. Actualmente sobrevive gracias a la ayuda de los países del Golfo Pérsico, con Arabia Saudí a la cabeza, puesto que EEUU, un aliado tradicional, le retiró su ayuda financiera tras el derrocamiento de Mursi y la sangrienta represión a los Hermanos Musulmanes.

Durante una entrevista grabada de casi cinco horas de duración para dos cadenas privadas de televisión, cuyos presentadores se abstuvieron de realizar cualquier pregunta embarazosa sobre la represión, Al Sisi advirtió a los egipcios sobre momentos difíciles, al menos a corto plazo, aclarando que "no podrá resolver de golpe todos los problemas del país" en caso de ser electo presidente. Estimó, eso sí, que bajo su presidencia las cosas podrían mejorar en un par de años.