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El socialismo, un hecho reversible hacia el capitalismo. La realidad rusa y china

06/10/2019 14:59 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Enfrentamos una nueva realidad geopolítica en Hispanoamérica, donde algunas estructuras económicas desean complotar el desarrollo industrial y empresarial

Aventis

Los norteamericanos, siempre han utilizado una política hostil hacia Hispanoamérica y Latinoamérica. Siempre ha utilizado una narrativa denominada rescate para ultrajar a los pueblos y controlar sus fuentes energéticas. Siempre la utilización de este modelo político les ha sido útil y el Baptista George Bus Jr., aprovecho la gran oportunidad en Irak contra un viejo aliado, Saddam Hussein. En Venezuela, los grupos de derecha asumieron ideas de esta tragedia vandálica en el Medio Oriente para implementarla en Venezuela con un conjunto de actos cuyos resultados fueron muertes de jóvenes por las guarimbas.

Lo fundamental es romper con el modo productivo de las comunidades y abrirse a una guerra económica sin precedentes para satisfacer su creciente consumo y controlar el narcotráfico a Estados de sus ejes territoriales

El mundo, se encuentra en pleno boom del conocimiento, como valor principal a la hora de determinar los patrones de intercambio desigual a nivel mundial y, a esto, no se le puede dar la espalda.  Sin duda, USA quiere el absoluto control de sus colonias y, no darle oportunidad al ciudadano para su desarrollo social.

Con Irak y Libia, hubo un verdadero saqueo, donde el populismo logró captar a varios ciudadanos para dejarlos a la intemperie.  Hispanoamérica, debe consolidarse por encima de las diferencias ideológicas y políticas existentes para amplificar sus áreas de influencias hacia el viejo mundo europeo.

Hispanoamérica, debe consolidarse por encima de las diferencias ideológicas y políticas existentes para amplificar sus áreas de influencias hacia el viejo mundo europeo, debe existir una novedosa propuesta económica que avance hacia un proceso de transformación económica de redistribución para lograr una taza máxima de ganancia, teniendo presente el metabolismo esencial de los países integrantes.

Es el momento de ir a un verdadero Estado plurinacional, como lo viene haciendo Bolivia para garantizar desarrollo y alimentación hacia las comunidades. Las victorias electorales se obtienen garantizándole a la población seguridad ciudadana y crecimiento socioeconómico para avanzar en el fortalecimiento urbano e ideológico de las comunidades.

Roberto Fernández Retamar, uno de los mayores pensadores cubanos y latinoamericanos, encarna la tipología del intelectual orgánico en la extensión de ese concepto académico que explora nuestras vidas, al igual que Don Rómulo Gallegos y Arturo Uslar Pietri en nuestra vida citidiana. Desde la poesía, el ensayo, la docencia y la promoción cultural, ha habilitado un espacio intelectual —ideológico— para interpretar la Revolución cubana en su autenticidad, en su ámbito latinoamericano, a partir del debate con la tradición y el permanente diálogo con las ideas producidas en cualquier latitud.

A sus setenta y seis años, el poeta de «Nosotros, los sobrevivientes» sabe que el futuro es tan largo como puede serlo un instante. Quien es un reconocido exponente de la tradición intelectual descolonizadora, presenta batalla en estas respuestas contra las estrecheces del dogma, afirma que debe «dársele voz» a nuevas generaciones para responder a los problemas del intelectual en la Cuba de hoy, defiende la compleja diversidad de la tradición socialista cubana como la fuente de donde surgieron las ideas de 1959, y asegura que la crítica revolucionaria es nada menos que la salud de la Revolución. Al igual que Renny Ottolina defendía la tesis de buen ciudadano

Vladimir Putin, tiene bajo su responsabilidad la conducción del mundo y delinea a Trump sobre la nueva perspectiva del capitalismo

La idea de que un sistema político sea reversible está corroborada por la historia, aunque el «etapismo» dogmático pretendió hacer creer que se pasa de un sistema a otro de modo inexorable y definitivo. El capitalismo, pongamos por caso, no se instauró de una vez para siempre sobre las ruinas del feudalismo, sino que forcejeó a lo largo de siglos, desde finales del Medioevo, avanzando y retrocediendo. En Europa, el corte se hizo visible, sucesivamente, en los Países Bajos, en Inglaterra, en la Francia de 1789. En esta última ocurrió la revolución burguesa por excelencia, mucho después de haber brotado en Italia los gérmenes del capitalismo. Pero, desde luego, un ejemplo espectacular de regresión lo hemos tenido ante los ojos con la involución del socialismo europeo entre finales de la década del ochenta y principios de la del noventa del siglo pasado.

Se suele atribuir a la perestroika el final inglorioso de los proyectos socialistas de la Unión Soviética y los países europeos vecinos. Pero en la carta a Fidel de abril de 1965 que  ha sido publicada como prólogo a los Apuntes críticos sobre la Economía Política que el Che redactara entre 1965 y 1966 (es decir, entre sus combates en el Congo y sus combates en Bolivia), él escribió: «los cambios producidos a raíz de la Nueva Política Económica (NEP) han calado tan hondo en la vida de la URSS que han marcado con su signo toda esta etapa». Y luego, de modo tajante: «los conflictos provocados por la hibridación que significó la NEP se están resolviendo hoy a favor de la superestructura; se está regresando al capitalismo»

No se debe negar que el capitalismo y el socialismo son dos trazos de un solo camino que nos lleva a concebir un nivel de estructura ampliada en la conformación de cualquier Estado, teniendo como base las dinámicas sociales.

Insisto en estas últimas palabras: se está regresando al capitalismo. Es decir, que más de dos décadas antes de la caída del muro de Berlín, el Che previó que el socialismo era reversible no ya en países de la Europa central y oriental donde aquel entró en la punta de las bayonetas soviéticas (suelo repetir la observación de Lezama Lima según la cual a esos países el socialismo les cayó encima como una carpa de circo), sino en la propia URSS. La previsión del Che, en cierta forma anticipada en su «Discurso en Argel» de febrero de 1965, fue sancionada por la historia, como sabemos de sobra.

«Nos casaron con la mentira», dijo una vez Fidel, «y nos obligaron a vivir con ella.» Frente a esa realidad ominosa, es imprescindible acudir a la verdad, que es revolucionaria, como postuló Lenin, que luego fue apuntala por el líder venezolano, Rómulo Betancourt. Y esa lealtad a la verdad es lo que se muestra en el discurso del 17 de noviembre de 2005. El tema era otro, pero similar el propósito: afrontar una cuestión candente y plantearla con crudeza al pueblo.

La involución experimentada por los países europeos que se decían socialistas implica la fuerte lección de que las revoluciones son reversibles. Pueden ser aplastadas por las armas, como la Comuna de París o la España agredida por el fascismo, hace ahora setenta años. Pero también pueden serlo por errores internos, como ocurrió en el llamado campo socialista europeo. Fidel dijo que en Cuba contamos ya, o estamos a punto de contar, con la invulnerabilidad económica y la militar. Pero cuestiones internas, como la corrupción, pueden dar al traste con las conquistas alcanzadas. De ahí la urgencia de plantearse el problema, nada conjetural. Chávez, luego de su fallecimiento fue avasallada la doctrina bolivariana implementada por una cúpula militar y civil que destrozan, hasta hoy, las raíces de la Republica.

Por su parte, en 1884, Martí había rechazado «el pretexto de que la civilización, que es el nombre vulgar con que corre el estado actual del hombre europeo, tiene derecho natural de apoderarse de la tierra ajena, perteneciente a la barbarie, que es el nombre que los que desean la tierra ajena dan al estado actual de todo hombre que no es de Europa o de la América europea». Siendo, así las cosas, un auténtico socialismo tiene que plantearse una modernidad otra, distinta de la que encarna el capitalismo. Sin duda el llamado «socialismo real», para usar otras palabras, «no resultó una alternativa cultural al capitalismo». Es algo que, entre otros, postuló Fredric Jameson. Pensando en nuestra América, pero la observación es válida más allá de nuestras fronteras, Mariátegui planteó que nuestro socialismo no debía ser calco ni copia, sino creación heroica. Observación tanto más válida por cuanto lo que se estuvo calcando o copiando en el seno del llamado «socialismo real» era el capitalismo, como dijo con toda claridad el Che.

 

 

 

 

 

 


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Autor:
Emiro Vera Suárez (2294 noticias)
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