¿Le diste una cama y un plato de sopa caliente siendo lo único que tenías, a uno más desafortunado que vos? Yo si. Muchos hablan de los pobres, pero paradójica mente los pobres son quienes más ganancias le dan a los ricos, sin embargo no me refiero tanto a los que afinan sus calculadoras para saber con que mínima ganancia pueden explotar a los más necesitados con el fin de aumentar sus riquezas, sino a quienes los utilizan para sus mezquinas aspiraciones políticas.

En Argentina es muy fácil hablar de solidaridad, justicia social y cuantas palabras que sean capaces de representar la necesidad del otro, porque siempre se trata del otro. Siempre es el otro el que la esta pasando mal y nosotros los que estamos en la vereda de la abundancia, aunque tu abundancia sea tener el pan que el otro necesita.

Sin embargo la necesidad siempre esta, pasan los políticos, pasan los ricos, pasa la vida y todavía nadie ha logrado que le arrebaten el pedazo de sandwich de la boca. Sin embargo al unísono se levantan las voces como coros de campanas diciendo una y otra vez: "No hay solidaridad"

Muchos periodistas desde su cómoda silla denuncian una y otra vez que la pobreza crece y crece, como un río que se desborda sin remedio. No hay una solución porque nadie renuncia a su pedazo de sandwich que transita por su garganta, pero hablan y hablan. Solidaridad, amor, amor.

La pobreza continúa y los culpables siempre son los otros. ¿Acaso no nos hemos dado cuenta que hay quienes se enriquecen cuando abundan pobres? Y los múltiples gritos que se levantan por todos lados nadie los escucha, porque un trozo de sandwich ahoga sus gritos. Una cama caliente entontece sus pensamientos. Una vida cómoda no le permite gritar con claridad. Solidaridad. 

Porque la solidaridad no se grita, no se reclama, se práctica.

Calor polleé