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Solo Dios perdona

04/02/2014 22:50 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Penalizada por rechazar ser una segunda parte de Drive, Solo Dios perdona es una cinta que resulta más interesante cuanto más abstracta e independiente se mantiene

Año: 2013.

Director: Nicolas Winding Refn.

Reparto: Ryan Gosling, Kristin Scott Thomas, Vithaya Pansringarm, Yayaying Rhatha Phogam, Sahajak Boonthanakit, Tom Burke.

 

            El reconocimiento crítico y popular le llegó de su mano, pero quizás Drive, en su condición de película de encargo, no sea una de las obras más representativas de Nicolas Winding Refn. De hecho, su salto a Hollywood significó que cediera por primera vez la escritura del guion, una parcela tan imprescindible como la escritura visual para un director de marcadas aspiraciones autorales como él.

            En este sentido,  Solo Dios perdona supone el regreso de Refn a sus antiguos fueros. A pesar de que el danés se cubre las espaldas comercialmente hablando al repetir varios ingredientes de la fórmula de Drive –la ambientación nocturna, la luz fluorescente del neón, el pesimismo, el protagonismo Ryan Gosling-, el presente filme se aproxima más a otros hitos más cuestionados de su carrera como Valhalla Rising, con similares influjos metafísicos –que alcanzan detalles incluso como esa insinuación acerca de las visiones precognoscitivas del protagonista- y una composición estética repleta de talento técnico aunque también de excesos autocomplacientes,  mejor o peor digeridos según la paciencia, el estado de humor o la tolerancia de la audiencia de turno.

La Bangkok que sirve de escenario a la cinta queda configurada como un limbo etéreo, un purgatorio lisérgico o un auténtico infierno en la Tierra. La abstracción domina un argumento estilizado al máximo y en el que se manejan conceptos en conflicto y dilema como la venganza violenta elevada a irremplazable medio de justicia o la inquebrantable fidelidad a la propia sangre, desentrañados a través de una serie de personajes sintetizados a modo de arquetipos mitológicos –un Edipo exiliado tras matar al padre, la madre dominadora y pecaminosa, un juez supremo y verdugo que parece condenar al procesado en función de su espíritu-.

             Refn juega con el cromatismo,  la geometría y la música de Cliff Martínez para componer una atmósfera viciada y onírica. Es verdad que cineastas como Seijun Suzuki habían explorado los límites formales y de lenguaje del cine negro desde hace ya medio siglo, pero cabe reconocer el embriagador hipnotismo, las oscuras sugerencias, las resonancias malsanamente evocadoras y la a ratos fascinante sordidez que condensa la película.

Por esta misma razón,  se aprecian por el contrario como especialmente vulgares y chirriantes ciertos desbarres esporádicos que tienen el defecto de reconectan de nuevo al espectador con aspectos, por así decirlo,  más alejados de ese universo irreal y más tangibles como parte de la prosaica realidad. Es el caso de los momentos en los que las imágenes se recrean en el gore, los diálogos que se alargan más de lo debido en comparación con el tono general del filme o las descarnadas alusiones sexuales como parte del de por sí grotesco dibujo de la matriarca encarnada por Kristin Scott Thomas.

 

Crítica de Cine - El Crítico Abúlico


Sobre esta noticia

Autor:
Victor M. Rivero (36 noticias)
Visitas:
2576
Tipo:
Opinión
Licencia:
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