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La abstención récord en las elecciones legislativas grecochipriotas dejaron este domingo un nuevo parlamento fragmentado, con la entrada por primera vez de un partido ultraderechista, al término de tres años de dificultades económicas y escándalos de corrupción.
Los resultados definitivos otorgan la victoria a DISY (derecha), partido en el poder y primera formación del parlamento saliente, con el 30% de los votos, mientras que el principal partido de la oposición, AKEL (comunistas), obtuvo el 25% de los votos.
Y, con el 3, 7% de los votos, el partido de extrema derecha ELAM, que defiende el golpe de Estado nacionalista de 1974 que buscaba incorporar la isla a Grecia y que provocó la invasión del norte de la isla por Turquía, entró por primera vez en el parlamento con dos diputados.
Sólo el 67% del medio millón de electores votó en estos comicios, según los responsables del sufragio, lo que representa una tasa de abstención récord en un país donde votar es teóricamente obligatorio. En las legislativas de 2011, la abstención fue del 21%.
Esto ha favorecido la entrada en el parlamento de pequeñas formaciones. En total, ocho partidos se repartirán los 56 escaños de la asamblea, tres partidos más que en el parlamento saliente.
El presidente Nicos Anastasiadis, cuyo gobierno de derecha negoció en 2013 un plan de rescate internacional para evitar la quiebra de la isla y se atribuyó el mérito de la salida de la recesión, instó a los grecochipriotas a ir a las urnas.
"Llamo a cada uno a ejercer su derecho de elegir un partido y un candidato. Quien se abstenga luego no tendrá derecho a quejarse", declaró tras depositar su voto en la urna.
Tras anunciarse los resultados, Anastasiadis mostró su preocupación por la abstención. "La decisión de muchos electores de abstenerse debería preocuparnos a todos".
Los dos principales partidos, DISY (derecha), mayoritario en la cámara saliente, y AKEL (comunista), pasaron la mayor parte de la campaña tratando de convencer a la gente de que vote.
- Escándalos de corrupción -
Muchos electores están profundamente decepcionados por una serie de escándalos de corrupción que salpicaron a la clase política últimamente.
Por otro lado, el descontento se ve azuzado por los recortes vinculados al plan internacional de asistencia financiera (10.000 millones de euros) posterior a la crisis de 2013.
El partido DISY presumió de haber sacado al país de tres años de marasmo económico y haber sabido salir del plan de rescate, y en este 2016 se espera un crecimiento de 2, 2% del PIB.
No obstante, la oposición argumenta que el desempleo sigue siendo relativamente alto y que el trabajo está en general mal remunerado.
En cualquier caso no se espera que los resultados influyan en las negociaciones sobre la reunificación de la isla, deseada por los dos grandes partidos.
"Como Chipre tiene un sistema presidencial, las elecciones no tendrán un impacto en las negociaciones", pilotadas directamente por Anastasiadis, aseguró a la AFP Hubert Faustmann, profesor de historia y ciencias políticas en la Universidad de Nicosia.
Chipre está dividido en dos desde que en 1974 Turquía invadió el norte, en respuesta a un golpe de Estado orquestado desde Atenas que buscaba la anexión de la isla. Actualmente, la parte griega de Chipre forma parte de la Unión Europea y la zona euro, mientras que la parte norte sólo está reconocida por Ankara.
Los dirigentes de ambas partes reactivaron las negociaciones en mayo de 2015 y las han acelerado desde noviembre, con el apoyo de la ONU, la UE y Estados Unidos, y con el objetivo de crear un Estado federal.