Un test de vaginismo es una prueba de gran ayuda para confirmar si realmente se padece este trastorno sexual.

El vaginismo afecta a una alta proporción de la población femenina, y se trata de un problema infradiagnosticado que origina frustración y sufrimiento a las mujeres que lo sufren y a sus parejas.

Su origen es casi siempre psicológico pero también existen causas orgánicas que lo pueden producir.

Se presenta principalmente en dos rangos de edades. El primero es en mujeres novatas que comienzan a mantener relaciones sexuales. Su nula experiencia les dificulta a menudo darse cuenta de la anormalidad de la reacción de su cuerpo frente a los encuentros. El segundo rango de edad es más tardío, en féminas que empiezan a intentar descendencia y que hasta ese momento no han experimentado el coito, limitándose sus relaciones sexuales a prácticas como el sexo oral, el petting, etc.

En ambos casos es necesario un abordaje precoz por un especialista en sexología capacitado legalmente para explorar a la paciente, es decir, que sea médico.

Es importante saber que este trastorno puede desarrollar problemas de erección en el compañero sexual, quien puede sentirse “impotente” debido a sus fallidos intentos de penetración

La terapia es escalonada, por fases, y comienza por facilitar que la mujer se familiarice con sus genitales, fundamentalmente a través de la inspección y la autoexploración con la ayuda de un espejo.

A continuación, la paciente empezará a introducirse parcialmente objetos de forma cilíndrica o cónica de forma progresiva, aumentando el diámetro del objeto a medida que se mejora. Es preferible la participación de la pareja desde el principio de la terapia.

Una vez que se objetiva una mejoría significativa de la reacción vaginal ante la introducción de objetos, se reanudarán los encuentros sexuales bajo las pautas del sexólogo.

Si sospecha que puede estar sufriendo esta disfunción sexual, le invitamos a realizar un test de vaginismo.