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Cliente, esa persona que toma una decisión de compra. Una decisión que puede representar a una empresa (negocio B2B) o para sí misma (B2C). Comprar implica pensar y decidir. Pensar supone asumir que una gran batería de situaciones entra en juego. El cliente, al final, es una persona que tiene una necesidad: sufre, vive, se ilusiona, tiene o no expectativas positivas y, no nos olvidemos, tiene muchas alternativas a las que agarrarse. Vender y comprar es algo humano ?como nos enseñó Daniel Pink?, por mucha tecnología que exista entre ambas acciones.
¿Y por qué te va a elegir a ti? ¿Qué hace que una empresa tenga o no más capacidad para retener clientes que otras? Quizás, la respuesta, está en la sensibilidad de las empresas a la hora de trabajar, comunicarse, crear y aportar valor a esos clientes. La sensibilidad en los negocios, en las ventas, en las empresas, y más en tiempos revueltos e inciertos, es uno de los mayores activos a cuidar.
El mérito es de quien está en la arenaA Bob Iger, CEO de Disney, como dice en su maravilloso libro "Lecciones de liderazgo creativo", le inspiraba leer el famoso discurso de Theodore Roosevelt en 1910, El Hombre en la Arena, pronunciado en la Universidad de La Sorbona de París. Decía Roosevelt:
«No es el hombre crítico el que importa; ni el que se fija en los tropiezos del hombre fuerte, ni en qué ocasiones el autor de los hechos podía haberlo hecho mejor. El mérito es del hombre que está en la arena, con el rostro cubierto de polvo, sudor y sangre; del que lucha valientemente[...]»
Los clientes se han convertido en aquellos que están en la arena. Su rostro cansado, su cerebro atrofiado de incertidumbre y complejidad. El sudor y la sangre de salvar sus cuentas anuales les hacen implacables, temerosos a veces, incluso desconfiados.
Tus clientes, tus "usuarios de negocio", tus "buyer persona" o llámalos como consideres, han sufrido una reducción drástica de sus presupuestos. Los ERTEs y los EREs revolotean por sus cabezas y sus mentes. La incertidumbre de no saber qué pasará mañana les pone a prueba. Su capacidad para resistir, estar motivado y ofrecer puentes sobre los que construir, se resiente.
Los departamentos de compra de las empresas en las que trabajan cobran protagonismo. Son los reyes de la Excel, del precio, del margen, de la frialdad a cualquier coste. Son personas especializadas en frenar las hemorragias del corto plazo. Pero a veces, si les dejas hacer, sobre todo demasiado tiempo y de forma acrítica, pueden acabar generando algunas enfermedades más complejas, y no previstas, en la organización.
Ante este panorama, como empresa que provee servicios de alto valor añadido tienes dos opciones:
Si has elegido la opción 2, sigue leyendo para pasar un rato estimulante que espero que te ayude y te motive.
Peter Drucker sostenía en su libro Liderar en tiempos revueltos que "los tiempos turbulentos son una oportunidad para aquellos líderes capaces de aceptar la nueva realidad».
Ser líder en tiempos revueltos es algo extremadamente importante porque hay que mantener muchos platillos en el aire a la vez:
Ahí está el binomio perfecto para crear valor: líder ? cuidar a los clientes.
Cuando se ve el mundo desde una Excel, todo encaja, pero cuando la ves desde la moqueta de la oficina de un cliente, a veces hay que invertir tiempo y esfuerzo extra para ganar una cuenta.
5 claves para trabajar la sensibilidad con el cliente.