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Todos hemos hecho un tramite, hemos ido a un consultorio... pero, ¿nos han tratado como merecemos?
Lo peor viene cuando después de todo lo anterior te encuentras a ese personal tan característico con cara de extreñído, que parece que te esta perdonando la vida, que parece que te odia porque vienes a molestarlo y lo vas a hacer trabajar mas dentro de su “eterno y asfixiante horario”; y que muchas veces lo demuestran mas allá del gesto, con malos modos y malas palabras. Es entonces cuando piensas “pero como puede esta persona estar así, tener esa cara, tratar así a la gente, si tiene un trabajo mas o menos fijo, mas o menos bien pagado, mas o menos llevable, con su aire acondicionado; todo esto lo piensas cuando hace un rato has visto a la gente trabajando en la autovía con un calor asfixiante, con un trabajo temporal e incierto, o esa cuadrilla de albañiles en un tejado donde no le da ni un gramo de sol en toda la jornada, que normalmente es mas larga, mas penosa, mas peligrosa; es en estos momentos cuando no entiendes esas formas y esos modos.
Hoy voy a sacarme sangre para un análisis y me encuentro con una enfermera con una cara de campeonato, con una mirada que te atraviesa. Pero como es esto posible si soy yo el que va a sufrir el pinchazo y la extracción. En este caso no hay malas palabras, sólo son escasas, las justo o menos; hay que ser positivo y pienso que no es una relaciones publicas. Pero la cara ya es bastante, y lo peor es la forma de trabajar como en una cadena de montaje siguiendo cada paso y sin preocuparse de que el algodón esta totalmente seco, si es que alguna vez tuvo algún producto impregnado; un trato tan impersonalmente.
Estoy seguro que todos podemos dar testimonios similares.
Es verdad, por otro lado, que algunos pacientes son un poco difíciles de tratar y esto también quema, pero no es menos cierto que esto ocurre en todos lados y todos se queman por igual, sin embargo las actitudes son diferentes. Esto ocurre por ejemplo cuando nos vamos al sector privado, donde por regla general el panorama suele cambiar bastante. Por que ocurre esto, si el funcionario cobra de los impuestos que pagamos todos; no se trata de ser impertinente y exigente, es solo reclamar un trato digno y normal que en muchos casos no se da. Pero es curioso este fenómeno y esta forma de pensar: si tienes una clínica privada cambia el trato porque pagas de tu bolsillo, y en el sector privado cambia la cosa porque pagas indirectamente.
Es justo señalar que no todo el mundo es así, pero siguen siendo la mayoría. Es necesario que se tomen medidas para que avancemos.