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ETA ha vuelto a matar. A las 9.05 de la mañana, del 19 de junio de 2009, un coche bomba acababa con la vida de Eduardo Puelles, inspector de la Policia Nacional, en Arrigorriaga, provincia de Vizcaya
Hoy ETA ha vuelto a matar. Cuando ya creíamos que no volveríamos a ver un atentado terrorista con muertos en España de manos de la banda terrorista ETA, cuando todo parecía indicar que la situación actual iba a desembocar en el fin de los etarras y de sus actos criminales, van y matan a otro inocente, en este caso a Eduardo Puelles, agente del Cuerpo Nacional de Policía, en Arrigorriaga (Vizcaya). Y lo hacen justo el día 19 de junio de 2009, cuando se cumple el 22º aniversario de la masacre que organizó ETA en el Hipercor de la Avenida Meridiana de Barcelona.
Aunque ya nos hemos acostumbrado a los actos de estos descerebrados, que ya sin motivo alguno siguen matando gente por inercia, no debemos caer en el costumbrismo, cada acto que realizan nos debe conmover como el primero. Estos etarruchas del tres al cuarto, que ya nada tienen que ver con aquellos que reivindicaban libertad en un país lleno de represión, aquellos que por lo menos expresaban el sentimiento de muchos ante un sistema dictatorial y represor, se han convertido, como suele pasarles a todos los que intentan una revolución, en aquello que en su día intentaron derrocar.
Que alguien me explique qué ganan matando a un policía, a un concejal, o al mismísimo presidente del gobierno. Qué quieren la independencia del País Vasco, y someter a esta independencia a Navarra y al Pais Vasco Francés. Qué no se sienten españoles, es que acaso alguien les obliga a serlo. ¿Alguien les niega que el Pais Vasco existe?, ¿alguien les niega su historia?, ¿alguien les niega su lengua?, ¿alguien les niega su identidad? Además de que son tan necios, que no llegan a entender que lo que ellos desean, ni siquiera forma parte del deseo de todos los vascos y vascas (sólo hay que echar cuentas y ver cuáles fueron los resultados de las últimas elecciones vascas); y lo que es peor aún, que, con la forma de pedirlo, con muertes y continuas extorsiones y amenazas, no coinciden apenas el 3% de toda la población vasca. Es decir que el 97% de los vascos y vascas están en contra de cuanto menos la forma de reivindicación de ETA.
Aunque intentaramos comprender que buscan y por qué lo hacen, nunca lo llegaríamos a entender, porque no tienen razon de ser en pleno siglo XXI, donde las civilizaciones del mundo desarrollado buscan más las uniones que las separaciones, más propias de países menos avanzados; donde la globalización está dejando de lado las nacionalidades, para conformar un mundo común con la pluralidad y la diversidad de razas, culturas, lenguas y religiones (lo que se llamó en su día alianza de civilizaciones); donde todos nos encaminemos hacia un futuro con menos guerras por los territorios, por los recursos de los países, por la opresión de los poderosos a los débiles; y donde impere la democracia, la igualdad de oportunidades y ante todo los derechos fundamentales de las personas, van estos insensatos y vuelven a vulnerar el derecho más importante de todos, que es el derecho a la vida.
No debemos caer en el costumbrismo, cada acto que realizan nos debe conmover como el primero
Cómo piensan estos mafiosos de medio pelo, que después de matar, extorsionar, secuestrar, amenazar, y cometer otros muchos delitos que aún no tienen verbo que los describa, tienen derecho a reclamar nada. Estos cobardes con pistolas no deberían de tener ninguno de los derechos que ellos al parecer no respetan, y aún así les seguimos dando la oportunidad para que dejen las armas, sin amenazarlos de muerte, sin secuestrarlos ni torturarlos; de una manera pacífica, sin condiciones ni sanciones más allá de las que dicten las leyes.
Levantémosnos todos, y con una sóla voz gritemos bien fuerte "`¡Basta ya!". No caigamos en el miedo que intentan imponernos, seamos fuertes contra aquellos que cada día son más débiles. Derrotemos con la convicción y las palabras a aquellos que sólo les queda un lenguaje, el de las armas. Olvidémosnos de nacionalidades, razas e ideologías, y seamos de nuevo un país en contra del terrorismo, en contra de ETA y de todos aquellos que no sean capaces de denunciar lo que estos desgraciados hacen con nuestros conciudadanos, con nuestros vecinos, amigos, padres, hermanos, maridos y mujeres, y sobre todo por lo que puedan llegar a hacer con nuestros hijos. Luchemos duro contra ellos, hasta el fin de sus días. Y una vez acabados no volvamos a cometer errores del pasado, no olvidemos lo que nos hicieron y como nos hicieron sentir. Aprovechemos nuestra rabia para ser cada día más fuertes y para apoyar a aquellos que luchan en contra del terrorismo de manera activa. Digamos de una vez por todas "ETA NO".
Por último recordar al filósofo cordobés Séneca que una vez dijo: "Ninguno es tan pequeño que no pueda dañar; además de que el temido tiene motivos para temer, y nadie puede conseguir a la vez que le teman y vivir tranquilo"; unámonos y consigamos que los etarras y sus allegados nunca vuelvan a vivir tranquilos, por mucho temor que les tengamos.
Jose M. Soto