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Compartamos o no el amor a sus colores, debemos reconocer que jugadores como Raúl o Iniesta encarnan unos valores poco frecuentes ya en el fútbol actual.
LOS VALORES DEL HIMNO
Sobre Raúl todo está dicho. Es redundante hablar de sus logros deportivos, de sus números, de sus méritos para volver a la selección española. Por eso me gustaría resaltar ese perfil del futbolista que nunca se suele mencionar: su modo de comportarse. Solamente una vez he visto a Raúl hacer una mueca fuera de lo políticamente correcto, aquella noche en el Camp Nou que mandó callar a la afición local tras conseguir el empate. Por eso aquél fue un gesto que se mantiene vivo en la mente de todos.
Ni peinados extravagantes, ni grandes escándalos en su vida privada, ni declaraciones bravuconas, ni nada de nada. Siempre ha sido, sencillamente, normal, incluso en la época de los galácticos, cuando el vestuario olía a perfume en lugar de a sudor.
Resultará complicado para alguien que no sea madridista entender lo que Raúl significa para este club. Esté mejor o peor, desde que debutó en Zaragoza el Capitán ha sido un ejemplo de pundonor, esfuerzo y compromiso con la camiseta. Y eso, en los tiempos que corren, son valores en peligro de extinción.