Por Fernando Ramírez López 

  Para que la maldad manifestada en las múltiples violaciones, a niños y niñas por Marcial Maciel, dé cuenta de la perversidad del clero católico.

“La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el alma de un mundo sin corazón; y al mismo tiempo es el espíritu de la época sin espíritu es en fin, el opio del pueblo”.

Carlos Marx

Estamos a unas horas para que el Papa Francisco, les otorgue el grado de santos a un par de hombres mortales como cualquier otro, Juan XXIII y Juan Pablo II, en una vistosa y lujosa ceremonia que será transmitida el domingo 27 de abril por todos los medios de comunicación mundial, ceremonia en la que se les ungirá “por supuestos milagros” que lo único que logran es desviar la atención de los terribles problemas mundiales que padecemos.

Serán testigos del evento mandatarios e invitados del orbe; es evidente que el Emperador Constantino hace aproximadamente 2, 000 años, decidió que el imperio romano, debía transformarse para prolongar su poder, por lo cual adquirió una tonalidad espiritual, dejando atrás escudos y lanzafuegos. 

En ese tenor, transformaron su imagen externa, de persecutores del cristianismo, dicho sea de paso nunca fue predicado para ser religión, lo transformaron para convertirlo en fuente de dominación financiera e ideológica a lo largo y ancho de todo el mundo posible, convirtiéndolo en religión apócrifa. Resulta paradójico un evento de esta naturaleza cuando el mundo actual se debate en la pobreza carnal, las guerras, una banca de explotación y un aparato financiero que sirve para domeñar a las grandes masas, que con el ofrecimiento de un cielo y de un infierno inexistente abusan de ella y los vuelven esclavos de los intereses del Vaticano.

Como órgano de terror y control desde mucho antes de la familia Borgia, hasta llegar a conocer a Marcial Maciel fundador de los Legionarios de Cristo, este instrumento ha servido como aparato de control y para influir en la conducta del ser humano a través de supuestas premisas celestiales; de tal forma que se contradicen con conceptos como es el caso del “celibato” fingiendo de tal forma, porque lo hacen para proteger sus intereses multimillonarios, cuando demostrado está que viven monjas y sacerdotes una vida licenciosa de abortos, amasiatos y pederastia; más el enriquecimiento e involucramiento en el lavado de dinero y en el narcotráfico; así dio cuenta con su vida el Cardenal Posadas en Guadalajara.

Estos santos no son más que parte de los órganos del poder y dominación local e internacionalmente

¿Es el hijo de Dios la persona en la que sustentan su fé?, lo dudamos, han sido una caterva de inventores de milagrerías que les han servido para abusar de la buena fe y la bondad de sus seguidores; de tal forma que lo mismo enviaron ejércitos para asesinar en las “Cruzadas” a los no creyentes, que generaron un invento diabólico para enfrentar al gobierno argumentando que Cristo había sido ofendido, con lo cual se generó una “Guerra Santa” en México dándole vida en el Bajío a los cristeros y que casi al final de la lucha León Toral enajenado por su fe asesinó al presidente electo Álvaro Obregón y Carlos Salinas de Gortari enfrentando a los principios juaristas que dieron vida a esta república, modificó la Constitución para hacer posible la participación del clero en la vida política de México.

Estos santos no son más que parte de los órganos del poder y dominación local e internacionalmente, que al sustentar su tesis en un supuesto espiritualismo, lo único que hacen de acuerdo a los principios divinos es caer en pecado mortal.

Estos seres en el nombre de la cruz vejaron a la madre indígena y en el nombre de Cristo erigieron templos con la sangre y el trabajo de muchas generaciones de indígenas mexicanos.

Hoy siguen persiguiendo al homosexualismo, al lesbianismo y luchan con sus métodos por el control hipócrita de la natalidad, tomando como referencia en sus misas dominicales el servicio humilde a los demás, cuando es de todos conocida la riqueza licenciosa que habitan.

Que vergüenza lo que son capaces de hacer para ideologizar al pueblo creyente, pero más vergonzoso es que son coparticipes de la explotación de la ciudadanía y hoy esta voz clara y diáfana, se levanta para gritarles voz en cuello que así como Cristo sacó a los fariseos del templo de Dios, así al final de los tiempos serán juzgados por su maldad perversa.

Así pues, encontramos  en un auténtico profeta como lo fue León Felipe estas palabras: “he ahí el sapo Iscariote y ladrón repartiendo castigos y prendas, en el nombre de Cristo y con  la efigie de Cristo”, se refería a Francisco Franco que en las calles y el campo asesinaba a los republicanos españoles y en el templo se daba golpes de pecho.

Los vivales del clero y Vaticano, más tarde que temprano recibirán el pago a su osadía, no se vale jugar con los valores de la fe de un Dios que va más allá de su cortedad de miras.

En ese tenor transformaron su imagen externa de persecutores del cristianismo para conservar su poder

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