Los vecinos del barrio del Raval de Barcelona llevan acumulando cortes de suministro eléctrico de forma periódica desde hace meses. Fincas enteras sin luz durante horas que impiden que una persona con problemas respiratorios pueda enchufar sus aparatos a la corriente, que una familia no pueda guardar los alimentos en la nevera y que una persona mayor no pueda usar la teleasistencia o dar la voz de alarma si tiene alguna necesidad.

Indignados ante esta situación, una quincena de entidades vecinales del Raval se han plantado este jueves en la oficina de Endesa en la Gran Vía de Barcelona, la compañía encargada de distribuir la electricidad y mantener en buen estado las redes de distribución. Allí han leído un manifiesto y han entregado una carta a la compañía donde exponen sus quejas y solicitan "soluciones urgentes" a los cortes eléctricos.

En el escrito leído a las puertas del establecimiento, han denunciado a la empresa energética, a la que hacen responsable de los cortes. Han reprobado el silencio de Endesa ante un problema que arrastran desde hace tantos días, que se ha limitado a atribuir las averías a "vecinos que tienen la luz pinchada" al suministro eléctrico, según una de las integrantes de la Xarxa Veïnal Raval, Flora Muñoz.

Los vecinos, en cambio, alegan que estas incidencias reiteradas se deben a "una red antigua y obsoleta de más de 40 años". Es por eso que han pedido a la compañía que invierta más dinero en una nueva que permita abastecer a unos vecinos que necesitan "un derecho básico", más ahora con el frío de Barcelona y las horas de más que los ciudadanos pasan en casa a raíz del confinamiento.

A raíz de los cortes de luz, muchos negocios se han visto afectados. No han podido subir la persiana y han tenido pérdidas económicas, que se suman a las de los meses de confinamiento. Es el caso de Carme Soldevila, propietaria de una peluquería canina, que ha exigido que se garantice este derecho: "Yo llevo 26 años pagando la luz. Se me debe este servicio". Es por eso que han reclamado que se indemnice a todos estos comerciantes que, como Soldevila, han perdido días de trabajo.

A su vez, también han exigido la involucración del Ayuntamiento, pues han apuntado que el consistorio tiene que tomar partido en este asunto "para evitar las desigualdades dentro de la ciudad", ha afirmado una vecina del Raval, Hajat Hoummi. "Esto no puede pasar en el corazón de Barcelona", ha añadido Hoummi. El Ayuntamiento tiene que evitar, según la Xarxa Veïnal del Raval, "que el lucro de una gran empresa vaya en detrimento de la salud de la ciudadanía".

En la lista de demandas dirigidas al consistorio, han pedido que lleve el caso a la Fiscalía y que, a la vez, trabaje para que Barcelona tenga una red de suministro pública.

El CAP Raval Nord está del lado de los vecinos. Aunque el centro no ha sufrido los cortes directamente, la enfermera del ambulatorio, Cristina Escudero, ha asegurado que el cese de electricidad "es un atentado contra la salud física y psicológica de los ciudadanos".

A banda de los problemas de ansiedad que genera esta situación, Escudero ha avisado del riesgo de sufrir accidentes domésticos, desde fracturas por caídas hasta quemaduras por incendio.

Por el momento, las entidades han asegurado que no han recibido ninguna respuesta por parte de Endesa. "Mientras ellos están reunidos, nosotros nos seguimos duchando con agua fría y comiéndonos la sopa fría", ha remarcado Hoummi. Ahora, las plataformas vecinales trabajan para cuantificar cuántas personas están afectadas por los cortes.