La ciudad de Vigo, ha vivido una polémica menor, pero no por eso menos curiosa y digna de tenerse en cuenta ya que se trata de un hecho cargado de simbolismo asociado a la religión y a la memoria popular de uno de sus barrios y de uno de sus hitos geográficos.

Dos colinas destacan en Vigo, la colina del Castro y la colina de la Guía, ambas fueron probablemente asentamientos celtas desde las cuales se dominaba la bahía de Vigo y su Ría, dominada al fondo por el mirador de El Viso.

La Guía, es un mirador privilegiado ubicado muy cerca del Estrecho de Rande, desde el cual se domina la boca de la ría protegida por las Islas Cíes y el fondo de la ría donde desemboca el río Verdugo, conocida como ensenada de San Simón y que da nombre a la isla que en su día fue, convento, lazareto, cárcel y lugar de cuarentena.

En la ensenada de Rande, fue donde se desarrolló la famosa Batalla de Rande, que dio pie a numerosas fábulas sobre el destino de los tesoros que transportaba la flota española, que fue objeto del ataque de la coalición angloneerlandesa y que inspiró a Julio Verne para aprovisionar de oro al Nautilus.

Vigo y su ría cuentan con numerosas referencias literarias, a cada cual más variopintas a lo largo de la historia, pero entre las más recientes es precisamente el monte de la Guía uno de sus protagonistas.

Como dirían los modernos, hay una leyenda urbana que habla del famoso cañón de oro de la Guía, al que llevaban los mozos a las mozas con engaño en búsqueda de intimidad placentera y que mi abuela decía que con tal engaño quedó preñada su abuela.

Durante la Segunda Guerra mundial se decía que los submarinos alemanes repostaban en una cueva que había en el interior de la colina, pero lo cierto es que no había tal cueva y que lo hacían en un muelle de su cara Este que aún se conserva y que probablemente existiera en tiempos de Roma.

El monumentalismo es una reminiscencia fascista

Cuando el que esto escribe estaba en el vientre de su madre, el Faro de Vigo, publicaba el proyecto de la ermita de Nuestra Señora de Las Nieves, que coronaría la colina de la Guía, como acto de reafirmación del nacionalcatolicismo franquista, en un simbólico gesto de protección maternal.

Antes de su construcción, el monte de la guía ya contaba con un Viacrucis, que arrancaba curiosamente desde la residencia de verano del Obispo de Tui-Vigo, que aun se mantiene en pie a la falda del monte y que presidía cada Semana Santa, ascendiendo hasta la cumbre, donde mi tatarabuela, bisabuela y abuela se fueron turnando generación tras generación vendiendo roquillas de anís a los asistentes.

Así pues, el uso religioso del monte de la guía, ha tenido una cierta constante a lo largo de los años, siendo su último destino el de la Ermita consagrada a la Virgen de las Nieves, ya que lo del Viacrucis como que no resulta atractivo para el turismo.

Pero ete aquí que alguien se ha caído de la cama después de algún viaje a Rio de Janeiro y se le ha ocurrido la genial idea de montarle un Cristo a la Virgen, para que sirva de atractivo turístico y ha convencido a los paletos de la aldea --esos que no nacieron en Vigo pero que la gobiernan—para que sea un hombre y no una mujer quien proteja a los marineros y presida la Ría de Vigo.

Ya no veremos a la marinería portando a la Virgen, entre otras cosas porque la Escuela Naval de la ETEA ya no existe, algo explicable y comprensible. Pero a mí me que expliquen qué coño tiene que ver el Sagrado Corazón, presidiendo la Ermita de la Virgen de las Nieves.

Meapilas y populistas son una pésima combinación, la próxima será montar un Cristo, más grande que el de Río de Janeiro, sobre el Castillo de El Castro, las barbaridades a lo grande.

@ordosgonzalo

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