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La violencia doméstica en Marruecos está ampliamente silenciada y las mujeres que acuden a los centros de escucha lo hacen para buscar apoyo psicológico, pero no suelen aceptar fácilmente abrir un proceso judicial contra su agresor, especialmente si se trata del marido.
Así lo han explicado hoy en Rabat los representantes del proyecto de centro de escuchas denominado "La fuerza de la mujer" y puesto en marcha hace tres años por la ONG ProgettoMondo Mlal en las regiones de Juribga, Beni Mellal, Meknés (todas en el centro del país) y en Casablanca.
Un total de 614 casos han sido atendidos por los encargados de este proyecto.
Según un estudio que han elaborado, el maltrato afecta a todas las franjas de edad, pero las mujeres de entre 18 y 40 años son las más expuestas y se ha detectado una significativa presencia de menores: tan solo en la región de Casablanca alcanzan un 16, 7 por ciento.
Los maltratos sufridos por las jóvenes en los colegios y hogares o la violencia contra las mujeres solteras (que sufren una especie de estigma social) en el trabajo o en los espacios públicos continúan siendo invisibles y las víctimas suelen tener miedo de denunciar al agresor por temor a ser rechazadas por sus familias.
Además, las mujeres en el mundo rural no suelen denunciar a sus agresores por la carencia de mecanismos para hacerlo y la lejanía de sus lugares.
El análisis llevado a cabo demuestra que el 75 por ciento de las mujeres que se han puesto en contacto con los centros de escucha son vulnerables y nunca habían recibido ayuda alguna.
Según los datos recogidos, la mayoría de las mujeres maltratadas están casadas. En Casablanca son un 81 por ciento de los casos, 76 en Juribga, 71 en Meknés y 59 en Beni Mellal.
La mayoría de las marroquíes que recurrieron a los centros de escucha suelen ser de medios populares, pero el estudio destaca que eso no quiere decir que no existan casos de mujeres funcionarias o con alta responsabilidades laborales que no sean maltratadas.
Respecto a la frecuencia de violencia, los datos muestran que una vez que ésta comienza, especialmente en el seno de la pareja, suele ser repetitiva y no un acto aislado. En las cuatros regiones de referencia, las mujeres que se pusieron en contacto con los centros declararon ser maltratadas diariamente.
En Casablanca, el 78 por ciento de los casos de violencia son perpetrados por el esposo, en Meknés el 71, en Juribga el 67 y en Beni Mellal el 61 por ciento.
Fuente: efe