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Relato espeluznante pero alentador
Revolución interna
Martes 14:22. (Está recogiendo a la niña de Ballet).
Acabo de llegar del hospital, les dije que caí por las escaleras, lo creyeron; el mes pasado fui al centro de salud, les dije que el aceite se vertió en mi mano pues el mango de la sartén estaba con el tornillo flojo, lo creyeron. Él siempre me acompaña y se muestra amoroso ante los demás, siempre es agradable con todo el mundo, nadie ve al monstruo, sólo lo saca para mí, ese es mi absurdo privilegio. Nadie le conoce a él y nadie me conoce a mí, en la calle somos una familia normal. He visitado, en los dos años que llevamos viviendo aquí, todos los centros de salud y hospitales de la zona. Nadie se da cuenta de nada, mi voz se ahoga y no puedo delatarle cuando estoy frente a los facultativos, mi voz se ahoga… pero en algún momento ellos lo descubrirán… al final todo se descubrirá, ojala suceda.
Miércoles 23:45. (Hoy libró alegando que yo estaba enferma. Está en el bar de abajo).
Me ha dado una bofetada porque la tortilla estaba salada, el pulso me tiembla y me pasé con la sal. Tiene razón, se ha marchado enfadado a ver la segunda parte del partido. Espera, ¿tiene razón? No me reconozco, ya está bien, tengo que hacer algo…de momento sólo puedo escribir…es la única manera de dejar plasmado lo que está sucediendo. Si me ocurre algo mi hermana encontraría esta libreta, sólo ella sabe algo de lo que está sucediendo, y sólo ella buscaría la manera de poder demostrarlo.
Incomprensibles estrangulamientos del alma y del cuello, acribillamiento de las emociones, y los sentimientos…embarcándose en el mutismo del desamor.
Silencios imperfectos,
distancia artificial,
amnesia en la saliva y aullidos ante la negativa de la vida en consentirnos… el poder de resurgir.
Buscar desaforadamente respuestas, ahondar hasta donde más no pueda el alma y no encontrar más que charcos de locura absorto todo en lo más abstracto.
Sola, sola estoy
y aunque no ande sola…
sola me siento.
Loca, loca estoy
y aunque no duerma en cama blanca…
loca me siento.
Muerta, muerta estoy,
y aunque aún se oiga mi voz…
muerta estoy.
Shhhhh…viene.
Jueves 22:17. (Está trabajando, ya acabé de preparar la maleta)
Cuando la única emoción sentida es la del terror al sonido de la puerta…
Veinte lágrimas cayendo despacito de un ojo morado que ya le duele hasta llorar, y al caer la noche, cuando ya no hay más responsabilidad que la de uno ante uno mismo, descubro que mi entorno es el gran engaño de mi vida, ya que la falta de palabras al explicar o la imposibilidad de hacerlo me están condenando perpetuamente a encontrarme solo en hojas como ésta.
Este dolor no entraba en mis planes, no hay estrellas esta noche que es la primera que pasaré fuera de casa y la última que permito que me agredas; aún no sé porqué lugar se te escaparon los sueños y la razón; espero que la vida y la justicia me permitan que vaya en busca de mi sonrisa sin tener que voltearme cada dos pasos en la calle, espero que nuestra hija crezca sin más ojos morados y sin más heridas en su madre. Ella no se merece esto, ninguna de las dos lo merecemos…y lo que más rabia me da… es que sólo he empezado a sentirme viva cuando he estado a punto de morirme.
El alma se acostumbra al sufrimiento, pero aunque ya no crea en los malditos dioses sordos y aunque esté pariendo nostalgia hasta que me muera, nunca más volaré con alas de cera hacia el sol, nunca más, por que tú ya no eres el mío; te transformaste en verdugo cruel de mis días y yo en esclava de tus necesidades, en objeto de tus reproches, escupiste y golpeaste sobre mi tus inseguridades, repudiaste mi persona, me perseguiste hasta en los sueños, creyendo que yo era una posesión más, pegando y llorando, golpeando y arrastrándote pidiendo perdón.
No, ya no, porque hoy, por primera vez en catorce años estoy dispuesta a construirme un mundo más tranquilo, menos doloroso, un hogar donde no me dé miedo el sonido de la puerta.
Viernes 15:19 (Estamos en un tren solas, al fin…)
Es maravilloso, Claudia ha vuelto a sonreír.