¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Grandespymes escriba una noticia?
Por José María Fité
Es sabido que conviene tener cierta visión de nuestro futuro. Dicha "visión" consiste en una imagen genérica de aquello que queremos ser, lograr y obtener de nuestra trayectoria personal y profesional. Esta meta genérica y a largo plazo debe ser fuente de positividad y automotivación para luchar por aquello que deseamos, y que resultará del logro de los objetivos concretos que nos propongamos. Si lo hacemos bien y tenemos algo de suerte, la justa, podremos convertir en realidad nuestras aspiraciones y así alcanzar esa plenitud de vida que algunos llaman "autorrealización" y ? otros muchos ? "felicidad".
Desgraciadamente, los seres humanos distamos de la perfección. En ocasiones dejamos de distinguir si nuestras convicciones resultan de la realidad, si derivan de nuestra percepción distorsionada o si son una extensión inconsciente de nuestros deseos. Esta confusión puede ser fatal, ya que influye y altera nuestra visión: las cosas dejan de ser lo que "podrían ser" y se convierten en lo que "serán, porque yo lo sé" o "porque yo lo deseo". Si un lapsus semejante interviene en un una decisión que sea clave por sus consecuencias a largo plazo, podemos cometer errores magníficos. Megaerrores, si me permitís la expresión.
A continuación os expongo algunos ejemplos de afirmaciones efectuadas por personas brillantes y muy destacadas profesionalmente, y que responden a su particular visión en un momento y lugar determinado. Juzgad vosotros mismos:
Debemos ser conscientes de que la realidad es siempre cambiante, y que algunos de los postulados que son válidos hoy pueden dejar de serlo mañana. Es más, dejarán de serlo mañana. Estamos obligados a revisar nuestras percepciones a medida que se producen los cambios, y actualizar en lo debido nuestros proyectos de futuro conforme a nuestros valores y principios; so pena de que aquéllos ? los proyectos ? devengan desfasados, obsoletos o sin posibilidad de materializarse.
Es cierto que no podemos adivinar el futuro, pero sí detectar tendencias. ¿Qué opinas tú?