TeleCinco guarda en la recamará la película sobre el accidente de Spanair ante las quejas de familiares y políticos

A punto de celebrarse el segundo aniversario del accidente del avión de Spanair, la cadena de Mediaset ya tiene lista la producción para televisión de una miniserie sobre la tragedia. Pendiente de una fecha de estreno, ya está dando mucho que hablar y es que tanto familiares como políticos exigen a la cadena que no la emitan y que no se juegue con el dolor de las victimas.

La polémica está servida, y como seguramente se habrán dado cuenta, TeleCinco cuenta con la mejor campaña de marketing. Aún así me gustaría analizar el sentido de ambas posturas. Por un lado parece comprensible que las victimas proclamen su malestar por una película que puede remover de alguna manera su dolor, pero claro yo me pregunto si piensan que los informativos y magazines de este país no van hablar del segundo aniversario de la tragedia. ¿Es por la película en sí o por lo que creen que se puede contar?.

Me parece extraño que las victimas consideren que daña sus sentimientos una película que nadie ha visto, por lo tanto nadie sabe si se juega o no con el dolor. Y más incoherente me parece cuando en vista del aniversario se puede observar diferentes paseos por los platós de las cadenas a familiares de las victimas, con entrevistas que buscan la lagrima como reclamo para que los audímetros suban. Ponen imágenes de los hijos o hijas fallecidos en los diferentes plasmas y los familiares consienten su utilización y en cambio eso ¿no es remover el dolor, abrir una herida que seguramente nunca se cierre?.

Ponerse en el lugar de una victima siempre es difícil, son personas que se mueven por el sentimiento más que por la razón, tienen sobre sus espaldas la dura misión de preservar un recuerdo y hacer justicia. Quizás la película no sea más que una excusa para ganar audiencia o una manera de intentar explicar de una manera rigurosa que fue lo que pasó.

TeleCinco certifica la seriedad de la miniserie, y las victimas reafirman su deseo de que no se emita, ambos pueden tener argumentos de sobra para defender sus posturas pero ambos tienen motivos más que de sobra para considerar incompresibles sus argumentos.

La solución: ver la película y juzgar después ¿no?

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