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Zapatero y Rajoy arriman el hombro por España

25/02/2010 20:00 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

¿Qué les parece? Padecemos la peor crisis económica de los últimos treinta años y la única solución que se les ocurre a algunos es formar un gobierno de concentración

“Nosotros acatamos las sentencias, porque los socialistas creemos en el Estado de Derecho”. Leire Pajín, secretaria de organización del PSOE, stop. España, cinco millones de parados, stop. Manifestaciones, ni media, stop. ¿Estado de desecho? Total, stop. ¿Qué forma de gobierno soportamos? ¿Creen ustedes habitar una nación con Estado de Derecho? ¿Acaso son tan ingenuos como para aceptar esta farsa de democracia?

Zapatero se encuentra con el agua al cuello. Y es que no existe baremo más certero que la pobreza. ¿Cuánta pobreza es capaz de difundir este patán de presidente? Imaginen... La sonrisa de José Luis se presenta como la mayor expresión de lo patético de nuestro régimen político. ¿No lo adivinan? ¿Piensan que no es el momento de poner contra las cuerdas nuestro Estado de Derecho? Abreviemos, pues, y enumeremos cada uno de los puntales sobre los que se sustenta la ruina.

Un Estado amparado en el derecho, sería todo aquél que se sometiese al imperio de la ley, es decir, en el caso de España, a la Constitución. Que no se pueda elegir el idioma en el que deseas que se eduquen tus hijos, ¿respeta la Constitución? Que no te permitan rotular carteles en español en comunidades como Cataluña, ¿respeta la Constitución? Que los españoles nos veamos discriminados ante la ley en función de nuestra posición social o según el lugar de residencia, ¿supone el cumplimiento de la Constitución? Que no gocemos de una efectiva separación de poderes que garantice la independencia judicial, ¿tiene algo que ver con un Estado de Derecho?

¿Es que España ha de mantenerse indefinidamente como el corralito de los políticos y sus socios los sindicalistas?

"España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho", empieza el artículo primero de nuestra Costitución. Pero, en cambio, nuestro país funda su sistema en la confrontación mediática de un conjunto de partidos, cuya organización interna resulta descaradamente antidemocrática y sectaria. Por el modo de articulación podría resumirse su funcionamiento con la siguiente sentencia: “o estás conmigo, o estás contra mí”. Si los partidos no se someten a unas primarias reguladas y garantizadas por ley, carecen entonces de legitimidad. Y si son estos los que fundamentan nuestro sistema político, ¿en qué nos basamos para afirmar que España es una democracia? Cuando la libertad se coarta en la raíz, de poco sirve ya el sufragio popular. ¿A quién eliges?, ¿a un partido lavadora con toda su ropa dentro o a personas libres? Sin primarias en los partidos y sin listas abiertas en los colegios electorales, nos encontramos ante una democracia tutelada, una farsa en la que nuestra influencia y determinación son limitados miserablemente.

A los hechos me remito. ¿Qué les parece? Padecemos la peor crisis económica de los últimos treinta años y la única solución que se les ocurre a algunos es formar un gobierno de concentración. “¡No se opongan!” Grita Zapatero. “¡Arrimen el hombro...!” ¡Pero si ya han arrimado hasta el trasero! ¡Rajoy no puede caer más bajo! ¿No les produce miedo, queridos lectores, la no confrontación del poder con el poder? ¿Es democrático el acuerdo de quienes mandan sin control del pueblo por tiempo además ilimitado? ¿No sienten escalofríos al cerciorarse de que las licencias de radio y televisión dependen del político de turno? ¿Puede cimentarse una nación libre bajo el yugo de la censura? ¿Es que España ha de mantenerse indefinidamente como el corralito de los políticos y sus socios los sindicalistas? ¿No tenemos derecho a exigir el cumplimiento de las leyes constitucionales para que se abolan estatutos autonómicos que nos convierten en súbditos del extremismo más radical y absurdo? ¿No tenemos derecho a reclamar justicia para que se resuelvan infamias humeantes como los macabros atentados del 11 de marzo? ¿Han de soportar nuestras entrañas que se tolere la prevaricación judicial y que se archiven casos tan bochornosos como el chivatazo a la ETA? ¿De qué estamos hablando sino de Estado de Derecho y de democracia?

Cada cual que lo recicle como pueda. Me aterra el comprobar cómo la cobardía y la simplicidad se abren camino entre los ciudadanos de este país. No sólo las personas anónimas y su silencio son las responsables de esta situación. A veces infringen más daño los testimonios de determinadas célebres personalidades del deporte o la cultura en general. ¡Qué se lo digan a los de la ceja! ¡Los sicarios del pensamiento libre! Pero no es necesario dirigirse hasta tal extremo. A la pregunta, ¿qué le pediría usted al Sr. Rajoy?, contestó Fernando Alonso en una entrevista hecha por el diario “El Mundo”: “que arrime el hombro para ayudar a salir de la crisis”. ¿Cómo interpretamos estas palabras? ¿Qué significa arrimar el hombro? Tal vez, ¿callar? ¿Consentir? ¿Es que no conciben mis compatriotas que sin oposición no hay democracia? Mientras los políticos, los sindicatos y los empresarios corruptos se abrazan como sanguijuelas a su Estado del despilfarro, los ciudadanos de a pie y los empresarios emprendedores y honrados nos vemos abocados a la miseria. Luego dirán que no creemos en la democracia. Pero la realidad es que la desconocemos.

Paco Bono

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Paco Bono (52 noticias)
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