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No se ha cumplido un mes desde el inicio de la invasión de Ucrania y su oligarquía se empeña en mantener al frente del país a un irresponsable que está haciendo pagar con vidas de inocentes una derrota anunciada, en lugar de rendirse de forma honrosa
Desde los inicios de la llamada “Revolución Naranja” no se había visto a nadie tan temerario en la presidencia del país eslavo, ni siquiera la corrupta Yulia Timoshenko llegó a tales extremos de imprudencia temeraria.
La oligarquía ucraniana alentada por la organización político militar de las multinacionales occidentales, está llevando a Ucrania camino de la inmolación innecesaria.
La cobardía de la OTAN ha llegado a su límite y ante la incapacidad de intervenir en la guerra militar recurre a la guerra de la propaganda utilizando a Zelenski como actor principal de una tragedia que ellos mismos vienen provocando desde hace casi 20 años, acorralando y hostigando a Rusia.
Por suerte, Rusia es perfectamente consciente de las dimensiones de la tragedia y sigue conteniendo sus fuerzas para evitar males mayores.
El Kremlin sigue manteniendo contacto con el Pentágono y sigue manteniendo gran parte de su capacidad de fuego sin hacer uso de ella en esta guerra, hasta el momento, pero sabe sobradamente la OTAN, que podría hacer uso de ella si llegara el momento.
Y es esto precisamente a lo que más teme la OTAN, la advertencia ha sido clara: Cualquier país que intervenga directa o indirectamente en la guerra de Ucrania será considerado beligerante y deberá atenerse a las consecuencias.
Más tarde o más temprano, está claro que el objetivo del Kremlin es tomar militarmente todo el territorio de Ucrania, anular a su ejército y disolverlo hasta que se produzca un cambio de gobierno, títere o no, que cambie el curso de la historia que hasta ahora venía recorriendo.
Las condiciones son evidentes, el Kremlin exige la neutralidad de Ucrania y a ser posible su adhesión a la Federación rusa, su no ingreso en la Unión Europea y el restablecimiento del “status cuo” anterior al referéndum de 1991 y que sería el origen de todos enfrentamientos posteriores.
Por su parte la OTAN sabe sobradamente que ha ido más allá de cruzar las líneas rojas marcadas por la lógica de la historia y ha llevado a Ucrania a un callejón sin salida con falsas promesas que nunca se cumplirían sin un acuerdo con el Kremlin.
Pero vayamos por partes, porque la OTAN no es un todo homogéneo, y el principal perjudicado de esta estrategia ha sido Alemania y de forma indirecta y la mayoría de los grandes países de la Unión Europea indirectamente.
La Unión Europea azuzada por los EE.UU. siempre atento a sus propios intereses económicos y militares a estado usando de forma torticera a la Unión Europea, usándola de ariete contra Rusia y tentando a Ucrania con los beneficios de la Eurozona.
Alemania que ya había llegado a un acuerdo para garantizarse el futuro energético suscribió en su día el acuerdo que daría paso a la construcción de un segundo gasoducto Nord Stream, que duplicaría su capacidad en 100.000 metros cúbicos y que ahora se ve comprometido por la sanciones que ha forzado Estados Unidos, que es quien marca el paso en el pelotón de los torpes de la OTAN.
La OTAN deja de tener sentido después de la guerra de Ucrania, Europa necesita un ejército propio
El resto de los torpes, ahora se ven obligados a buscar nuevos y más inestables mercados energéticos a precios más altos y siempre dependientes de la influencia de los Estado Unidos, con lo cual en este “totum revolutum” el ganador es: El Tío Sam.
¿Para qué sirve pues la OTAN?
La OTAN es una organización político militar al servicio de los intereses del Tío Sam.
Una organización armada que se usa en función de las necesidades de las multinacionales americanas y europeas y que pagan a medias todos, pero cuyo principal beneficiario es el Tío Sam.
Un Tío Sam sin escrúpulos, que ahora que se ha quedado sin el petróleo de Rusia acude raudo y veloz a comprarle el petróleo a Venezuela, sí, a la Venezuela que tenía sancionada y a la que representaba un peligro para América, a esa misma es a la que le va a comprar el petróleo el bueno del Tío Sam.
Y los socios europeos? a quién le van a comprar el petróleo y el gas? a qué precio lo van a pagar? y por cuánto tiempo van a tener garantizados los suministros que hasta ahora recibían por gasoductos y oleoductos?
Zelenski no puede responder a estas preguntas, no sabe y no contesta, pero si sabe representar el papel de héroe y de víctima a la vez porque es un actor profesional.
Para resolver estos problemas que afectan a casi mil millones de personas en Europa y en América, hace falta ser un político avezado y no un simple actor.
Así que de momento mucha propaganda, pocas soluciones y grades negocios, mientras tato los ciudadanos de a pie, no se enteran y lloran la desgracia del pueblo ucraniano, ese país por el que atraviesan los oleoductos y los gaseoductos que permiten funcionar a un Europa manejada como una marioneta por el Tío Sam y sus multinacionales.
El fin del reparto del mundo creíamos que había terminado con la Segunda Guerra Mundial, al final de la cual nacieron dos Superpotencias, pero lo que viene va a ser un cambio en profundidad.
No habrá Tercera Guerra Mundial, entre otras cosas porque no quedaría piedra sobre piedra en Occidente y el mundo sería gobernado por China.
Y lo paradójico es que va a ser China la que domine el mundo al final de este siglo XXI, sin disparar un solo tiro.
Europa necesita un ejército propio y para eso debe disolverse la OTAN, que no es otra cosa que el parapeto en el que intenta sobrevivir el viejo y caduco Tío Sam, al que ya no lo quiere nadie en ningún rincón del planeta.
Zelenski, no tiene ni idea del lio en el que está metido y menos de sus consecuencias a medio y largo plazo, lo mismo que les pasa a las masas de los pueblos de la OTAN.
Se está decidiendo el futuro del planeta, es el final de la guerra del petróleo y el inicio de la guerra por la conquista del espacio exterior.
A Rusia sólo le queda el medio y el lejano Oriente como destino una vez cerrada la frontera de Europa.
La pregunta del millón es ¿Qué va a hacer Europa después de Ucrania?
Arrojar a Rusia a los brazos de China, no ha sido una buena idea para Europa.
@ordosgonzalo
gonzalo alvarez-lago garcia-teixeiro